El uso de celulares trae muchas ventajas al estudiante como un sin fin de información fácilmente utilizable, de acceso flexible, incrementando la autonomía del estudiante para obtener información de forma inmediata. Los defensores de esta postura, aseguran también, que el estudiante tiene un papel más activo en la búsqueda de información con absoluta inmediatez.
Pero los que usan los dispositivos de manera inadecuada no contestan las preguntas de manera correcta cuando el docente las elabora o se ven perdidos en las actividades en clase. La situación resulta en una grave falta de atención y usando el celular en los exámenes para engañar al profesor siendo totalmente deshonesto y obteniendo notas que no les corresponden.
Ante el debate que se ha desatado en torno al uso de celulares no hay duda de la necesidad de establecer reglas claras dentro del aula para el uso del celular. Esas reglas claras incluyen que el uso del celular en el aula no debería ser indiscriminado sino guiado.
Existen muchas aplicaciones educativas que permiten complementar el aprendizaje pero si hay libertad absoluta en el uso del celular es probable que se termine en WhatsApp o en Instagram, lo que terminaría por desconcertar el quehacer del aula.
Para muchos educadores el desafío es educar en medios tecnológicos, pues es imperativo entender, que el futuro terminará siendo más tecnológico que hoy en día y por lo tanto es importante acostumbrarse y manejar cada vez más esta realidad.